El sueño Agustina nació tiempo atrás, cuando niña siempre quise tener mi propia marca de ropa, donde mi gusto por diseñar se convirtiera en una realidad que acogiera a mujeres de todas las tallas y edades, donde todas pudiésemos encontrar una prenda tan especial como el potencial único de ser mujer. Durante años las ideas crecieron y se hicieron más fuertes y ambiciosas, pero la cúspide de este sueño llegó junto con el príncipe de mi vida. Quedé embarazada de mi hijo durante mi tercer semestre de universidad, fue un gran impacto para mí, pensé en el que dirían mis padres, mis amigos y hasta mis suegros; pero, a pesar de tanta incertidumbre, el sentimiento que por siempre conquistó mi corazón fue el amor incondicional que sentí por esta nueva semilla, desde el primer instante fue inevitable la conexión, y desde entonces supe que lo daría todo por él. Fue ahí que decidí dedicar mis días y noches a mi segunda hija, Agustina, pues gracias a ella mi nueva familia prosperaría con tranquilidad. Hoy le debo mucho a esta marca, estabilidad, paz, amigas y experiencias; pero, no soy solo yo, hoy en día trabajamos muchas personas detrás de estas prendas, y cada una tenemos mucho que agradecerle, y una de las mayores recompensas son las sonrisas y los agradecimientos de nuestras clientes, que al final son quienes ayudan a potencializar esta marca día tras día. El viaje no ha sido fácil, y tampoco hubiese querido que fuese de otra manera, pues hemos aprendido mucho a lo largo del camino, y crecido como siempre soñé; los desafíos nunca faltaron, pero con el apoyo de mi madre nunca fue imposible superarlos. El futuro siempre es impredecible, pero estoy segura que trabajando diariamente por nuestras metas lograremos mucho más de lo que hemos conseguido hasta el momento, y te agradezco a ti por querer formar parte de esta gran aventura apoyando la marca Agustina.